Trato de ubicarme años atrás y recordar como es que me visualizaba al tener 30 años. Desgraciadamente algunas de mis metas distan de la realidad. Sin embargo, reconozco que también he hecho cosas que me han causado satisfacción y que no había contemplado cuando era más joven.
Es curioso pero yo recuerdo que tuvo un mayor impacto el cumplir los veintinueve que la tercera década. Tal vez se debió a que era el último año antes de ubicarme en las temibles edades de los tas.
Supongo que cada individuo vive y percibe de manera distinta el crecer o envejecer, aunque obviamente existen también una serie de sentimientos, percepciones e ideas como grupo generacional y que en ocasiones rebasan incluso el medio social o cultural en el que nos desenvolvemos.
Básicamente de estas ideas es que brotó mi escrito de LA EDAD DEL HUECO. Como les comente en la entrada anterior el directamente culpable de iniciar con esta aventura en la red fue mi querido LGPG, pues me sugirió crear mi Blog.
Cabe mencionar que a pesar de que mi escrito fue publicado hace unos meses en Gonzo's Place, decidí compartirlo una vez más aquí para aquellos lectores fantasmas treintañeros que como yo no han perdido la fé en que llegará el día en que seremos verdaderamente felices.
Es curioso pero yo recuerdo que tuvo un mayor impacto el cumplir los veintinueve que la tercera década. Tal vez se debió a que era el último año antes de ubicarme en las temibles edades de los tas.
Supongo que cada individuo vive y percibe de manera distinta el crecer o envejecer, aunque obviamente existen también una serie de sentimientos, percepciones e ideas como grupo generacional y que en ocasiones rebasan incluso el medio social o cultural en el que nos desenvolvemos.
Básicamente de estas ideas es que brotó mi escrito de LA EDAD DEL HUECO. Como les comente en la entrada anterior el directamente culpable de iniciar con esta aventura en la red fue mi querido LGPG, pues me sugirió crear mi Blog.
Cabe mencionar que a pesar de que mi escrito fue publicado hace unos meses en Gonzo's Place, decidí compartirlo una vez más aquí para aquellos lectores fantasmas treintañeros que como yo no han perdido la fé en que llegará el día en que seremos verdaderamente felices.
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