10 junio 2007

EVASIONES POSIBLES E IMPOSIBLES


La semana que concluyó fue particularmente pesada. He de confesar que en ocasiones odio demasiado a la gente como para ser psicóloga. Sin embargo me considero un ser como el resto, tengo una porción de paciencia que a veces se termina en las primeras horas del día, ya sea dentro de casa o al poner un pie en la calle. Entre de las cosas que me han hecho notar la disminución de mi tolerancia a la frustración está el tráfico. El rumbo en el que trabajo es uno de los sitios más demandados para realizar manifestaciones. La hora no importa, resulta que los marchantes sean vuelto madrugadores. Mi hora de entrada a trabajar es a las 9. Este jueves, 10 minutos antes de esa hora, juro que ya había gente gritando en la avenida reforma. Ja, eso no fue nada el viernes debido a las citas del día, decidí catafixiar mi desayuno por llegar temprano a la oficina, para mi asombro ya había cierre de calles y obviamente los grupos para una gran marcha habían arribado alrededor de las 8.

Eso fue sólo el inicio del día, el transcurso ya se los contaré la próxima semana, lo mejor fue el cierre. Al cuarto para las 10 de la noche, esa nave, en la que suelo trasladarme diariamente, comúnmente llamada microbús, venía llenísima y adivinen, había tráfico a la altura de división del norte. Agregado a esto el chofer comenzó a discutir con una señora con el fin de que se recorriera. Fue en justo en ese momento que....

Cerré los ojos, y me concentre en escapar, por lo menos mentalmente a otro lugar. Mi respiración me ayudo a relajarme, deje de poner atención a las voces y comencé a oír solo la música que sonaba en el auto- estéreo. Después de un rato, abrí los ojos pensé que me había pasado de la esquina en que debía bajarme, gracias a Dios no fue así. Lo curioso del asunto es que no recuerdo en que pensé o me concentre tanto para lograr evadir el pesado viaje.

Tras las peripecias de ayer fue que elegí el libro que recomendaría esta semana, se llama Manual de Evasiones Imposibles de Martín Cristal.

De acuerdo al diccionario en línea que encontré Evasión significa: Salida o recurso que una persona elude afrontarse a una dificultad, un compromiso o un peligro.

Para mayor referencia del concepto retomaré la cita que hace Cristal de El Extranjero de Albert Camus: “Pero existían sin duda, obras especiales que nunca tuve curiosidad de consultar. Quizás en ellas habría encontrado relatos de evasiones. Me hubiera enterado de que en, un caso por lo menos, la rueda se había detenido: de que su precipitación irresistible, el azar y la posibilidad, por una vez, al menos habían cambiado alguna cosa.”

Los personajes en los cuentos de Cristal enfrentan circunstancias variadas, pero todos tienen en común, el hallar una salida ante el peligro o el hastío de la cotidianidad, a través de la evasión.

Tal vez este método no funcione ante situaciones extremas como la del Extranjero pero, si les garantizo su efectividad en aquellas peripecias parecidas a las descritas en un principio. Por eso la próxima vez que se encuentren atrapados en un vagón del metro, atorados en el tráfico, o ante una pila de papeles que trabajar en la oficina, no maten a nadie, mejor cierren los ojos un momento, concéntrense en su respiración y traten de dar un salto fuera del libro
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1 comentario:

ANGEL dijo...

CREO Q ES BUENA TECNICA CUANDO NO QUEDA OTRA SOLUCION Q EVADIR ALGO, SOBRE TODO CUANDO DEVORAN NUESTRA PACIENCIA.